Por Ángel Vázquez. Llegó a lo más alto del Olimpo con 19 años. En Pekín 2008, la sombra de un sorprendente jovencito aturdió a todo el mundo del tiro cuando se colgaba el oro, y eso que con 16 ya se había proclamado campeón en la azurra Lonato. Muchos pensaron que no aguantaría la presión de sus primeros Juegos pero, definitivamente, hay gente que está hecha de una pasta especial y Vincent Hancock es uno de ellos.
Tras la proeza pekinesa y un nuevo Mundial en Maribor 2009, Vincent volvía a lograrlo, ahora ya con 23 años, en Londres, dejando la plata en el cuello del danés Golding y el bronce en el del polifacético catarí Nasser Al-Attiyah.
Cuatro años después y tras un nuevo Mundial, nuevamente en su idílica Lonato y en el pasado 2015, Vincent se presenta en Río con la vitola de gran favorito y número uno mundial en el ranking, peso que soporta con inusual pero ya habitual complacencia el joven tirador estadounidense.
Sin embargo, las competiciones no se ganan con nombre y sí con hechos, y hechos son los que tienen también en su haber tiradores de la talla del galo Anthony Terras -bronce olímpico en Pekín y doble plata mundial en 2014 y 2015-, el danés Jesper Hansen, oro mundial en 2013, el ruso Zemlin, oro en 2014, y el joven florentino (21) Gabrielle Rossetti, candidatos todos ellos a romper la hegemonía estadounidense que de la mano de Hancock domina el skeet olímpico desde Pekín 2008.
APUESTA PASAPORTE: Vincent Hancock (EUA, Oro), Jesper Hansen (Dinamarca, Plata), Anthony Terras (Francia, Bronce)
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