Por Ángel Vázquez. Tras los oros británicos en las citas de Pekín y Londres, el tridente neocelandés formado por Dawkins, Mitchell y Webster tiene, en Río, una oportunidad única para colocar a Nueva Zelanda, por primera vez en la historia de la velocidad por equipos masculina, en el cajón más alto del pódium olímpico.
Los kiwis llegan a Río como actuales campeones del mundo y como subcampeones mundiales en 2015, en una prueba que dominaron cómodamente a la Francia de los plata en 2008 y 2012 – Bauge, Sireau y D’Almeida – pero que perdieron por descalificación debido a un relevo prematuro en la primera vuelta. El dominio de Nueva Zelanda a lo largo del presente ciclo ha sido absoluto y el dominio en las rondas de calificación se ha visto continuamente confirmado en el «face to face» en las respectivas finales.
Tras Nueva Zelanda, hasta un total de cinco equipos se mueven en una igualdad sublime. Países Bajos, segunda clasificada en el último Mundial, aventajaba en dos décimas a un grupo formado por las ternas de Francia, Australia, Gran Bretaña y Alemania, que marcaban diferencias mínimas entre ellas de tan solo 51 milésimas. Cualquier cosa puede pasar en esos menos de 44 segundos que cada uno de los equipos se jugará cuatro años de trabajo.
APUESTA PASAPORTE: Nueva Zelanda (Oro), Alemania (Plata), Países Bajos (Bronce)
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