Italia, reina del mundo. Mundial de Esgrima.
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·Resumen de la actuación española en el Mundial de Esgrima: Carlos Llavador hace historia y se cuelga el bronce en el Mundial de Wuxi, por Javier Vila.
Ángel Vázquez. La ciudad china de Wuxi ha sido el escenario del Campeonato del Mundo de esgrima que, en sus tres armas y en competición individual y por equipos, se ha disputado desde el 19 al 27 de julio. Hasta la cita china se ha desplazado lo más granado de la esgrima mundial, dibujando un torneo de extrema calidad, con el surgimiento de nuevas figuras que prometen erigirse como monedas de cambio de aquellas que, con los años, van también dibujando la despedida. Aquí un breve resumen de lo acaecido.
La espada de Yannick Borel se venga del Mundial de Leipzig
Quizás se esperaba algo más de Jinsun Jung, Lugones, Pizzo y hasta del magiar Andras Redli, pero lo cierto es que en el cuadro de semifinales, y quizás sólo a excepción de la ausencia del coreano Sangyoung Park que caía ante Rubén Limardo en el tablón de 8 (13-10) en duelo que enfrentaba a los dos últimos campeones olímpicos, era de lo más completito.
El galo Yannick Borel –vengador de su derrota en el T64 del Mundial 2017- Rubén Limardo, la sorpresa del ucraniano Roman Svichkar y su compatriota, el veterano o veteranísimo Bogdan Nikishin, configuraban un más que notable cuadro de honor de la espada masculina en el tablero chino de Wuxi.
Tras los duelos de semis, la dupla ucraniana debía conformarse con dos bronces ante el empuje de Rubén Limardo –vencedor de Nikishin (7-4)- y Yannick Borel (15-11). Ya en la final, victoria sin paliativos del galo de Guadalupe que, dando continuidad a los oros europeos en 2016, 2017 y 2018, se imponía con autoridad al sudamericano por un contundente 15-4, consolidándose de forma clara y autoritaria como el mejor espada de este 2018.
Oro para Borel, plata para Limardo y bronce para la dupla Svichkar-Nikishin que, con 25 y 38 años respectivamente, prometen para el país ucraniano un esperanzador horizonte con vistas a Tokyo 2020. Por cierto, tras muchos años en la pelea, primera medalla individual para el veterano Nikishin (38) en una competición mundialista. La espada ucraniana está, sin duda, de enhorabuena.
En la COMPETICIÓN por EQUIPOS, victoria para la Suiza de Heinzer, Malcotti, Niggeler y Steffen que se imponía a la todopoderosa Francia de Borel en semifinales por 45-38, y a la Corea de Jung, Kweon y los Park en la final por 36-31. Bronce para Rusia (Bida, Glazkov, Khodos, Sukhov) que daba cuenta de Francia (45-35) en el duelo por el tercer cajón del pódium.
Alessio Foconi o el futuro inmediato del florete italiano
No pisó la pista alargada de 14 metros en Río, pero su posterior asalto al trono mundial en Leipzig 2017 le reportó, al italiano Alessio Foconi, su primer oro en la competición por equipos y una derrota en cuartos de final de la competición individual ante el japonés Shikine (15-13) tras llevarse por delante a su ínclito compatriota Andrea Cassarà en el duelo octavos. Un año después, sin titubeos ni aspavientos, el romano llegaba a la final tras no haber recibido más de doce tocados por duelo, para allí, con total autoridad, deshacerse del británico Richard Kruse por un contundente y claro 15-8. Oro para Italia y un nuevo y serio candidato a todo y más en el futuro inmediato del florete mundial.
Tras Kruse, dos nuevos para estas posiciones de extremado lujo, el coreano Heo Jun (1988) y el español Carlos Llavador (1992). El primero, tras vencer al oro en Río, Daniele Garozzo, en cuartos por un ajustado 15-14 y ceder (15-12) ante Foconi en semis en el que posiblemente fuera el envite más complicado del azurro en el torneo; el segundo, dando una muestra de “savoir faire” y excelente esgrima al eliminar en el T16 al ruso -bronce en Río – Timur Safin y en el T8 a Giorgio Avola. Ya en semis y a pesar de ir dominando buena parte del duelo que le enfrentaba a Richard Kruse, el tramo final se enfiló demasiado para el madrileño con un parcial de 0-4 para el británico que, a la postre, sería definitivo (15-11).
Por lo demás, derrotas del estadounidense Race Imboden ante Avola en octavos y de otro de los grandes favoritos, el subcampeón olímpico en Río, Alexander Massialas, que poco podía hacer ante el chino Huang en un primerizo T64.
45-34 frente a Australia, 45-23 frente a Polonia, 45-30 ante Corea y 45-34 contra Estados Unidos en la final, fue el certero y rápido camino que tuvo que andar el combinado italiano de Avola, Cassara, Foconi y Garozzo para alcanzar el oro en la COMPETICIÓN por EQUIPOS. Ni un mínimo obstáculo serio para la arma más italiana de todas. Por detrás, siempre por detrás, los EUA de Massialas e Imboden (plata) y la Rusia de Arslanov y Safin (bronce.)
Thibus rompe la hegemonía de Deriglazova para beneficio de la italiana Volpi en el florete femenino de Wuxi
Si había una favorita al oro consensuada y certificada por todos los expertos, ésta era, sin duda alguna, la rusa Inna Deriglazova. Su oro en Río 2016 -rompiendo la hegemonía italiana proyectada desde Sydney 2000 e impidiendo un nuevo oro olímpico para la azurra Elisa Di Francisca – y el oro en el Mundial de 2017, la proyectaban como la gran referencia a seguir.
Sin embargo y a pesar de llegar cómoda hasta la ronda de semifinales, en el camino de la rusa se interpuso la joven gala Thibus (1991) quien, tras su derrota en cuartos en los JJOO de Río y el bronce de 2017, aspiraba a retos y premios de mayor altura, prestigio y distinción. La francesa vencía a la rusa por un ajustado 15-14, presentando así sus credenciales para el máximo galardón mundial, unas credenciales que hicieron saltar la banca tras la escandalosa victoria ante Arianna Errigo por 15-2 en el duelo de semis.
Por el otro lado del cuadro, Boubakri y Kiefer cumplían pronósticos y el duelo de las dos mejores en cuartos deparaba la victoria (15-13) de la bronce en Río, la tunecina Boubakri, sellando una colección de resultados ajustados (15-13 en el T32, 15-14 en el T16 y 15-13 en T8) que hablaban por sí solos de la igualdad entre las tiradoras, pero también del temple de la norteafricana en los instantes finales.
En la parte baja del cuadro, la canadiense Harvey se veía sorprendida por la italiana Camilla Mancini por 15-10, cediendo luego ésta ante su compatriota Alice Volpi por 15-9. Ya en semis, Volpi no tenía piedad de Boubakri, a quien derrotaba claramente por 15-7, planteando en la final idéntico duelo que en Leipzig 2017 se vivió en una de las semifinales: Volpi-Thibus…y al igual que el año pasado, desenlace con resultado de 15-12 para la italiana. Con el oro para Volpi y la plata para Thibus, los bronces se repartieron entre Boubakri y Errigo.
El equipo USA de Kiefer, Lu, Prescocd y Nicole Ross fue el gran dominador de la COMPETICIÓN por EQUIPOS en el florete femenino. Sus victorias a lo largo de las diferentes rondas fueron siempre contundentes y amplias, teniendo el duelo más comprometido en la final ante las italianas de Volpi, a las que también avasallaron con un claro 45-35. Tras los Estados Unidos e Italia, bronce para Francia -vencedora de Corea- tras dominar el duelo por un amplio 35-26.
Mara Navarria inaugura su palmarés en la espada femenina
El T64 de la competición de la espada femenina en Wuxi arrancaba con la eliminación prematura de las que fueron oro y plata en el Mundial 2017, la rusa Tatyana Gudkova y la polaca Ewa Nelip, dos tiradoras que tras un 2017 más que excelente no han tenido continuidad en 2018, donde no han logrado resultado de nivel más allá de la tercera plaza de la polaca en el Gran Prix de Budapest en un ya lejano mes de marzo.
Cedían también de entre las renombradas y en tablones previos la coreana Kang, la china Sun y la estonia Beljajeva, dejando un tablón de 8 aparentemente abierto para las dos grandes favoritas, la ucraniana Kryvytska y la azurra Mara Navarria, acompañadas en este tramo final por Popescu (RUM), Vitalis (Francia), Hurley (EUA), Staehli (SUI), Lehis (EST) y la magiar y oro en Río, Emese Szasz-Kovacs, que se resarcía así del Mundial de 2017 donde había sido derrotada en octavos.
Los cuartos fraguaron la despedida de Vitalis a manos de Hurley (15-10) y la de Lehis bajo las de Navarria (15-9), asumiendo un escalón más de sorpresa con las victorias de Staehli sobre Szasz-Kovacs (14-13) y de Popescu sobre Kryvytska (15-11). Al final, y tras su contundente victoria sobre Staehli en semis (15-8) y sobre la experimentada subcampeona olímpica (Pekín 2008), la rumana Ana Maria Popescu, en la final (13-9), era la italiana Mara Navarria quien se proclamaba por primera vez campeona del Mundo, estrenando su palmarés individual tras los bronces por equipos conseguidos en Catania 2011 y Kazan 2014. La italiana (1985), que tras su paso por Londres 2012 no estuvo presente en Río, se aúpa a la primera plaza del ranking mundial, ayudada por un último curso con victorias en la Copa del Mundo de Tallin, en el Grand Prix de Budapest y una también excelente segunda posición en el Grand Prix de Doha en diciembre de 2017. Veremos cuánto tiempo logra alargar su reinado y si éste perdurará lo suficiente como para ser una apuesta más o menos sólida para Tokyo 2020.
Plata para Popescu con bronces compartidos por Courtney Hurley y Laura Staehli.
Por EQUIPOS, durísimo enfrentamiento entre Corea del Sur y Estados Unidos en un envite que acabó cayendo del lado americano. Holmes, las Hurley y Amanda Sirico lograron vencer por la mínima, muy mínima, a Choi, Kang, Lee y Lam Shin A por 18-17, ello mientras China se colgaba el bronce ante Rusia por un ajustado pero más que suficiente 45-42.
Junghwan Kim barra el camino al oro del joven Dershwitz en el sable masculino
No era invencible. Cierto es que tras la abrumadora e incontestable victoria de Aron Szilágyi en Río 2016, donde repetía oro tras el cosechado en Londres, lo parecía. Sin embargo, el Mundial 2017 ya dio un primer aviso y éste que acaba de cerrarse, en Wuxi, ha certificado que más allá del magiar hay vida y mucha. Aron estuvo ahí, en el tablón de los grandes ocho, pero fue el estadounidense Eli Dershwitz, a la postre finalista, el que volvía a doblegar al siempre favorito por un serio 15-11.
En la parte alta del cuadro, el surcoreano bronce en Río Junghwan Kim cerraba el paso a otro gran favorito, su compatriota Bongil Gu (15-10), deshaciéndose posteriormente no sin problemas (15-13) del ruso Kamil Ibragimov (24), quien si en 2017 le cortaba el paso a Szilágyi, en este 2018 hacía lo propio con otro gran favorito y campeón en 2017, el también magiar András Szatmari (15-9) en el T8.
Con el rodillo a pleno rendimiento, la máquina coreana de 34 años rompía las expectativas del jovencísimo (22) norteamericano Dershwitz, el mejor en lo que llevamos de la temporada 2017-18, venciéndole en la final por 15-11 pero no logrando desbancarlo de la primera posición del ranking mundial del arma. Enorme futuro para el de Massachusetts que tiene en su haber y a sus 22 años un historial realmente envidiable, y enorme rival el que con apellido Ibragimov promete seguir estando con sus 24 en lo más alto del sable individual masculino tras lograr su segunda medalla de bronce mundialista. Son, posiblemente, las dos opciones más válidas para sustituir o hacer frente -que todavía le quedan muchos años- al gran Aron Szilagyi.
En la COMPETICIÓN POR EQUIPOS del sable masculino, victoria para Corea del Sur (Gu, Kim, Kim, Oh) al vencer a la Italia de Montano, Curatoli, Berre y Samele) de forma clara (45-39) ello tras derrotar a Georgia en las semifinales por un amplio (45-34). Más disputada la otra semifinal donde Italia lograba derrotar a la Hungría de Szilagyi, Decsi, Gemesi y Szatmari…toda una declaración de intenciones.
De casta le viene al galgo, Sofía. Nueva reina para el sable femenino.
No era, ni mucho menos, una de las grandes favoritas. Un tablón de ocho en la Copa del Mundo de Atenas en marzo del presente año era todo el bagaje que la joven rusa de 21 años recién cumplidos, Sofia Pozdniakova, aportaba a las apuestas de los aficionados. Sin embargo, parece como si los genes de su padre, el campeón olímpico Stanislav Pozdniakov ( oro en Atlanta 1996) y 5 veces campeón del mundo (1997, 2001, 2002, 2006, 2007), han calado y de qué forma en el perfil de la tiradora rusa.
Avasalló en el T64 a la singapureña Ywen Lau (15-3) y venció sin más problemas a la estadounidense Wozniak por 15-10 en el T32. Duro escollo en T16 con la italiana Irene Vecchi, obstáculo que la rusa superaba, como haría también con la china Shao –vencedora de la gran Olga Kharlan en T32- por un global de 15-12. Sofia llegaba a semifinales y la estadounidense Anne-Elizabeth Stone le esparaba con el sable en alto, sorprendiendo también su llegada en una parte del cuadro donde Rossella Gregorio, Anna Limbach y Anna Marton aparecían como las mejores posicionadas para esa plaza de privilegio.
En la otra parte del cuadro, Sofya Velikaya volvía a ser la Sofya de siempre, deshaciéndose en cuartos de la gala Berder –quinta en Río y bronce en Leipzig 2017 junto a la Vecchi- y plantándose en una semifinal que la enfrentaría ante su compatriota Yana Egorian, dibujando una semifinal con recuerdos olímpicos (Río 2016) donde esta última se impondría por la mínima (15-14) a la gran Sofya. En esta ocasión, idéntico tanteo para final diferente, con Velikaya accediendo a una final donde le esperaba la rusa, vencedora cómoda y holgada en su duelo con la estadounidense (15-6).
Ya en la final, duelo fraticida entre palmarés, madurez y experiencia de la mano de Sofiya Velikaya (33) y juventud, temple y ambición de Sofia Pozdniakova, todo para un espectáculo único que deparó la victoria final de la juventud de Pozdniakova y la realidad de un sable femenino dominado de pies a cabeza por el equipo ruso…a nivel individual.
En la COMPETICIÓN por EQUIPOS saltaba la sorpresa en una final donde Rusia, con la terna medallista Pozdniakova, Egorian, Velikaya, no podía ante una Francia todopoderosa, la de Berder, Brunet y Queroli, que vapuleaba al equipo del este de Europa con un contundente 45-35. Bronce para Corea del Sur (Choi, Hwang, Kim, Yoon) que tras perder de forma ajustada ante las galas en semis (42-45), vencía a las italianas de Vecchi, Gulotta, Gregorio y Criscio por 45-40 en la lucha por el bronce.
En el MEDALLERO final del Mundial, Italia, Corea del Sur y Rusia se marchan de Wuxi con un total de siete medallas, un más que los Estados Unidos y tres más que Francia, siendo estas cinco naciones las grandes dominadoras de la esgrima mundial. España, con el bronce de Carlos Llavador en el florete masculino, también aparece en el medallero final después de muchos años de ausencia.
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