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"No es cada 4 años, es cada día". Pasaporte Olímpico, medio acreditado en JJOO de Londres 2012 y Sochi 2014.

Domingo, 3 de Diciembre de 2023

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Hay Juegos. Hay vida. Nace la 31ª edición de los JJOO modernos

Enviado por en 6 agosto, 2016 – 9:03Sin comentarios

Para gustos, colores, y de esos hubo muchos en la gran cita del olimpismo que ayer, a eso de las 20:00h. iluminó el histórico Maracaná de Río de Janeiro durante cuatro horas en la noche más sudamericana de todas las vividas en el mundo de los Juegos hasta hoy. Cerca de 70000 personas – se estima que sobre los 3.000 millones vía televisión – disfrutaron de una ceremonia plagada de referencias a la música sambista -espeluznante Paulinho da Viola cantanda a capella el himno brasileño – y a la brava naturaleza de una Amazonia que, a los pocos minutos, se asentaba milagrosamente sobre el césped del majestuoso estadio.

Con la Amazonia, cómo no, una referencia a los más de 900.000 indígenas que pueblan la enorme tierra brasilera, pero también al inicio de un proceso de colonización portugués y a la llegada de los esclavos africanos a un país que alberga, tras los propios países del continente negro, el mayor índice de descendientes africanos del planeta.

Río y sus características e ínclitas favelas iluminaron el horizonte del bello Maracaná que, a ritmo de Samba, Funk,  Rap, break dance y la mismísima capoeira daban entrada a unos espectaculares fuegos artificiales. Entre música, luz y un sempiterno baile se llegó al momento más esperado de la fiesta olímpica, el de los protagonistas, el de los casi 10.500 atletas de 207 delegaciones que lucharán desde el 6 al 21 de agosto por inscribir su nombre en las páginas doradas del honorable y voluminoso libro del olimpismo.

Con Grecia -como es habitual- como primer equipo en un desfile tan corto (se evitó la vuelta a la pista) como intenso y los anfitriones al final de una hermosa serpiente multicolor, el equipo español abanderado por el gran Rafa Nadal salió en la 68ª posición. El abanderado español, sin duda uno de los más esperados en el tartán carioca en esta olímpica noche, era la sonriente y feliz avanzadilla de una delegación de la que se esperan grandes cosas en estos Juegos.  El rojo y el azul fue el talismán de una delegación que, en número de 306, tantos como eventos tienen estos Juegos, desfilaron ante los ojos de unos aficionados que vivirían, poco después, y tras la estrena de un equipo que esperemos que, por razones obvias, no vuelvan a tener necesidad de reunirse bajo bandera olímpica – y hacemos referencia al equipo de los 10 deportistas refugiados –  la locura más salvaje con la entrada en el tartán maracaniense del equipo local.

 Con la ausencia de la presidenta Dilma Rousseff, Michel Temer sufrió la pitada de la jornada, dando por inaugurados los Juegos Olímpicos modernos en su 31ª edición, algo que se encargó de certificar el maratoniano Vanderlei de Lima al encender el original pebetero que arderá durante más de 15 días en el cielo carioca. Ya hay Juegos. Ya hay vida. Suerte.

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