©coe, Diego G. Souto

Ángel Vázquez, @PasaporteJJOO

Las han tuteado. Vale, sólo un cuarto, pero suficiente para sentirse orgullosos de una generación del baloncesto español que, en Río, se redimía del varapalo que significó no poder asistir a los JJOO de Londres 2012. Lo han hecho con una plata olímpica y con una final ante las más grandes. Han perdido, vale, pero han ganado la credibilidad de toda otra generación de jóvenes que han visto, desde la distancia, como el cinco español lograba plantar cara al gran equipo estadounidense de las Whalen, Charles y Moore.

El partido duró lo que duró Ndour en la pista, duró lo que el genio de una gran jugadora, que en teoría no estaba invitada a la fiesta, tardó en cargarse de tres faltas personales que la enviaron al banquillo en previsión de…en previsión. España estuvo  magnífica en esos primeros diez minutos, plantando cara a unas estadounidenses que se vieron desbordadas por el buen juego español y el descaro de unas jugadoras que para nada temían al vendaval norteamericano.

Excelente fue el primer cuarto, bálsamo de esperanza que no fue suficiente para sobrellevar el posterior acierto y presión del equipo rival. Estados Unidos se mostró muy superior desde la reanudación y el freno que las de Lucas Mondelo ofrecieron a ese vendaval de juego no pudo ir más allá de esos primeros diez minutos. La falta de acierto en un tiro complicado ante la agobiante defensa estadounidense y un rebote defensivo que no cerraba lo suficiente la altura y envergadura norteamericana, provocó el desgarro definitivo en un partido que el equipo de Geno Auriemma acabó sellando de forma amplia y contundente (101-72).

Era lo de menos y lo más esperado; Lucas Mondelo y su gran equipo ya habían logrado alcanzar la gloria, una gloria que se vistió de plata en una semifinal antológica ante una Serbia que sufrió la grandeza de las Torrens, Palau, Ndour, Cruz, Nicholls, Xargay y demás…España se sube por primera vez en la historia olímpica en el segundo cajón del pódium olímpico. Punto y aparte. Seguimos…y gracias, muchas gracias.