Ferrer-Salat y «Delgado» pasean su clase por la Copa del Mundo
– Doble victoria del binomio español en las citas de Lyon y Stuttgart
– Mejores marcas españolas tanto en el Gran Premio (en Lyon) como en Estilo Libre (en Stuttgart)
– La progresión de «Delgado» invita al optimismo de cara a la cita olímpica del año que viene
Foto: Equnews
Que la salud les acompañe. Es lo único que se puede pedir en estos momentos. Tras su fantástica actuación en el Europeo de Aachen con el colofón de la medalla de bronce individual, «Delgado» tuvo un par de meses de descanso para asimilar el sorprendente éxito. Para sí misma, sin embargo. su amazona sabía que aún había más en ese ya veterano pero a la vez inexperto caballo. Tras muchos años de mimos y cuidados ante los recurrentes percances físicos vividos por el westfaliano, Beatriz no sabía (realmente, no lo sabe aún) cuál era su límite real pero si vislumbraba que tenía recorrido por delante. Su preparación para el Europeo fue corta, tan solo un par de concursos para demostrar salud y nivel. Mientras «Delgado» descansaba, seguro que Beatriz soñaba.
Y los sueños se van haciendo realidad: noviembre se despide con 4 victorias (2 en Gran Premio y 2 en Kür) logradas en las citas más importantes del panorama hípico. Por encima de los triunfos está además la forma en que los han conseguido, superando sus marcas personales logradas en Aachen. En la Copa del Mundo de Lyon conseguía un 79,26% en el Gran Premio, nota que la situaba de pleno derecho en la élite actual de la doma clásica. Pero por si esto fuera poco, confirmó su progresión alcanzando un majestuoso 83,30% en el Gran Premio Estilo Libre de la Copa del Mundo de Stuttgart. En ambos casos, se trata de las mejores marcas logradas por un jinete español en toda la historia.
¿Y ahora, qué? Pues por delante quedan 8 meses para la cita olímpica. Tiempo para cuidar la salud, pulir los pequeños errores y dejar que «Delgado» siga desarrollando su potencial. Parece sencillo. No lo es. La presentación de la Kür en Stuttgart fue difícilmente superable, con una armonía perfecta entre caballo y amazona y, sobre todo, con una asombrosa quietud de Beatriz en cada cambio de paso. Lo dicho: toca disfrutar, ilusionarse y esperar. Bravo «Delgado».
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