Pau le pone la Gasolina a una España que ya es cuartofinalista en el Eurobasket 2015
·El catalán suma 30 puntos y una serie de 6/7 en triples para erigirse en el guía de una selección que sella su pase a cuartos
·Mirotic con 15 y Llull con 12, los apoyos más fiables de una selección que mostró serias carencias defensivas en los tres primeros cuartos
·Grecia, rival de la España de Gasol en los cuartos de final del Eurobasket 2015
Ángel Vázquez, @PasaporteJJOO
Nada hacía presagiar a lo largo de los tres primeros cuartos del partido que la resolución final del mismo fuera a tener el desenlace que tuvo. De hecho, Polonia se fue asentando paulatinamente en el campo en un duelo en el que nunca perdió el ritmo del partido, iniciando los cuartos con autoridad y llevando a remolque a una selección española que, aunque aparentemente superior, presentaba serios vacíos defensivos y ciertas lagunas temporales en la faceta ofensiva.
Con la baja de Rudy y las dudas sobre un Pau Gasol que se ausentaba durante la presentación para aparecer en la cancha con un vendaje en la rodilla, el quinteto inicial que el combinado de Scariolo presentaba ante Polonia en estos octavos de final del Eurobasket 2015 se dibujaba con los perfiles de Gasol, Ribas, Mirotic, San Emeterio y Sergio Llull. Junto a ellos, Claver, Reyes y el Chacho Rodríguez configurarían el octeto que dio respuesta al atrevimiento polaco.
Polonia inició seria el duelo, llevándose el primer parcial para caer hasta un 13-6 favorable a los de Scariolo que hacía suponer un fácil desenlace; nada más lejos de la realidad. Los polacos volvían al partido y lograban empatar a 15, dando vida a un envite que llegaba al final del primer cuarto con un pírrico 25-20. Pírrico, porque en menos de un minuto, los de hoy un apagado Gortat igualaban a 25, pero también porque el empuje de un sorprendente Karnowski que hacía sombra al «bull» español ante la ausencia del de los Wizards, hacía temer lo peor al quinteto de Scariolo.
El festival Karnowski no impidió que España llegara al descanso con una mínima ventaja de dos puntos (41-39), dando paso a un tercer cuarto que hacía saltar las alarmas en el cuadro español. Pau, certero en todas sus facetas hasta el momento, mostraba la otra cara, la inusualmente errática, rompiendo por un momento las esperanzas de un equipo que veía como al mal rato de Pau se le unía el resto de un equipo que perdía la batalla defensiva ante una Polonia muy grande, excesivamente grande, bajo el aro español. Poca agresividad y nula coordinación defensiva para que una Polonia simplona lograra mantener la igualdad a falta de los diez últimos minutos (55-55). Lo peor, ver a una Polonia sin complejos romper la zona 2-1-2 española y comprobar como un tal Karnowski, con una zurda impresentable a poco más de un dos metros del aro, hacía las delicias del público polaco y galo con una asistencia magistral para que Cel machacara el aro español.
Todo parecía complicado, casi imposible, pero de repente, apareció nuevamente Pau, Pau Gasol. Polonia rompió su racha de puntos en el inicio del último cuarto y aunque metió algunos tiros libres, no sería hasta pasados los siete minutos y medio que anotó su primera canasta de campo. Ya era tarde, felizmente tarde para el equipo español, tristemente tarde para los polacos. España había apretado en defensa. Sin grandes espectacularidades ni grandes síntomas de mejora notable, pero suficientes al fin y al cabo para que Polonia no lograra encontrar ni el momento ni el lugar adecuado para seguir progresando. Los polacos se fueron ahogando paulatinamente en la sangría española, una sangría que fue haciéndose más sabrosa a medida que la ventaja iba creciendo, a medida que los «hispanos» del baloncesto se iban gustando, sonreían, se sentían lo que han sido hasta hace muy poco, los mejores tras el volcán estadounidense.
Pau Gasol dio continuidad al festival de triples que ya había iniciado en el primer cuarto, clamando al cielo por su beatificación baloncestística y propulsando a una España que, sin excesivos lucimientos, se mostraba efectiva. Pau lo metió todo y desde todas las posiciones, firmando unos brillantes 30 puntos con un 6 de 7 en triples. Mientras, por el otro lado, los Gortat, Slaughter, Waczynski y Kulig fueron desapareciendo de un mapa en el que nunca pintaron mucho pero en el que lograron dibujar, durante treinta minutos, la esperanza de los cuartos, unos cuartos a los que España entra por la puerta grande tras acabar arrollando y humillando a Polonia por un 80-66 impensable a mitad de partido.
Junto a Pau, Mirotic y Llull lograron también dibujar el camino a seguir por una selección que sigue sin ofrecer la seguridad necesaria para dotarle de toda la confianza, pero que al mismo tiempo sigue firme en su paso por conseguir su objetivo que no puede ser otro que la victoria. Y es que, hasta la victoria, con estos chicos, siempre. Gracias, Pau.
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