Nibali se luce el dia que Quintana no vio la debilidad de Froome
– Victoria del italiano que lanzó su ataque en las duras rampas de la Croix de Fer
– Quintana tarda demasiado en lanzarse y solo puede sacarle 30 segundos en meta
– Valverde luchará por mantener su puesto en el podium en la subida a Alpe d´Huez
Era la etapa reina de la carrera. Pese a su escasa longitud juntaba un encadenado final perfecto para demostrar quién era el más fuerte de la competición. Pero el transcurso del día fue de más a menos. Los primeros 15 kms sirvieron para demotrar la debilidad del Sky que no pudo controlar las fugas de Nibali, Contador o Valverde. Todo hacía presagiar un día increíble de ciclismo. No fue así.
Cuando llegamos a las duras rampas de la Croix de Fer, el puerto más duro de este Tour, todo pareció calmarse. El culpable: el Movistar de Quintana que no tuvo ninguna intención de moverse para buscar la victoria en la general. Fueron momentos surrealistas por el Sky no podía proteger a su líder y el propio Froome mostraba unas fuerzas más justas que en los Pirineos.
Tuvo que ser una vez más el italiano Nibali el que iniciara la acción. Nadie se fue con él. Ni Valverde, ni Quintana… ni Contador. Cada uno por distintos motivos. Unos por falta de fuerzas, otros por falta de agallas. La situación fue esperpéntica. Nibali cabalgó durante más de 50 kms ante la parsimonia de Movistar que ni luchaba por la victoria con Quintana ni era capaz de defender un tercer puesto de la general para Valverde.
Ni siquiera la larga subida final a la Toussuire sirvió para que Quintana buscara ganar el Tour. Solo se movió a 5 kms de la cima y, sorpresa, Froome no pudo seguirle la rueda. Es decir, de haberlo hecho antes, hoy estaríamos hablando de una jornada final preciosa en lucha por la general final. No será así, los más de 2 minutos y medio de ventaja con los que cuenta Froome hacen casi imposible que Quintana pueda desbancarle. Más sencillo lo tiene Nibali, que está a poco más de un minuto de Valverde en la lucha por el tercer cajón del podium. Ambas cosas se dilucidarán en la mítica ascensión a Alpe d´Huez.
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