– Tercera victoria de etapa para el ciclismo español en lo que va de Tour de Francia

– Contador y Nibali, cada día más fuertes, piensan dinamitar la carrera en los Alpes

– Espeluznante caída de Geraint Thomas en el descenso de Manse. Milagrosamente, sin consecuencias

La jornada previa a un día de descanso suele ser un día entretenido. Equipos y directores saben que al día siguiente podrán recuperar fuerzas y no suelen escatimar en esfuerzos o tácticas. La etapa tenía todos los alicientes para que así fuera pero los favoritos estuvieron más pendientes de las jornadas alpinas por lo que apenas se vieron movimientos importantes.

Una fuga de casi 30 ciclistas mantuvo un pulso con el pelotón durante 50 kms hasta que pudo irse con el beneplácito del grupo que les permitió coger hasta 20 minutos. De paseo. La ascensión a Manse y su posterior descenso iban a decidir el vencedor de la etapa. Todos los fugados sabían que tenían que descolgar a Sagan antes de la cima porque el eslovaco es que el mejor bajador del pelotón. Y ahí surgió un enorme Rubén Plaza para abrir una renta de un minuto cuajada en una ascensión tan constante como portentosa. Broche de oro a su carrera. Segundo puesto (otro más) para Sagan que nos brindó los 5 minutos más apasionantes de este Tour durante el descenso. Belleza plástica y velocidad unidos.

El pelotón aceleró justo al comienzo del puerto bajo el impulso del Tinkoff y Astana. Un movimiento de Contador fue continuado por uno de Nibali al que nadie respondió. El rápido descenso hasta meta solo brindó una fuerte caída de Geraint Thomas que se recuperó milagrosamente en pocos segundos. En meta, el italiano aventajó en medio minuto al grupo de favoritos que clama por una unión frente a Froome en Alpes. Movistar debe atacar.

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