Sonrisas y lágrimas en la primera jornada del Open de Natación
·Siete mínimas y todas femeninas en la primera jornada.
·Jessica Vall, Mireia Belmonte, Judit Ignacio, Melani Costa, Duane Da Rocha y Bea Gómez son los nombres.
·Decepción mayúscula de Marc Sánchez en los 1500 libres.
·Fracaso en cuanto a la mínima de Carlos Peralta y Antonio Arroyo.
Carlos Manuel Pérez, @capebar
Primera jornada del Open de Primavera que en lo referido a las mínimas ha tenido un saldo de siete, pero que también ha vivido las decepciones para Marc Sánchez y Carlos Peralta, dentro de un nivel competitivo desasosegante, donde destacaron unas gradas llenas e hirvientes en ayuda de los nadadores.
La primera mínima de la tarde llegó de las brazadas de Jessica Vall, que en la distancia de los 100 braza demostró, como estaba previsto, que la mínima no era más que un mero requisito. Su registro de 1.07’81’’ empeora el conseguido el año pasado en unas 8 décimas, pero es suficiente no obstante para asegurarse la presencia mundialista. Se echó de menos a Marina García, siendo la mejor del resto de las españolas Sandra García aunque sin bajar del 1.10.
Lo mejor de tarde llegó como siempre gracias a Mireia Belmonte, que en la prueba de los 200 mariposa demostró que su dominio sobre la distancia y el estilo es absoluto. Nadó en 2.05’86’’, su cuarta mejor marca personal de siempre que le coloca liderando en este momento el Ranking Mundial. Su paso por la primera mitad de la prueba fue en 61’63’’, ligeramente por delante de Judit Ignacio, para a continuación poner mucha agua de por medio sobre Judit, que no obstante también nadó en 2.08’70’’ y por tanto holgadamente por debajo de la mínima, aunque dos segundos más lenta que el año pasado en el Open. La decepción llegó del lado de Carmen Balbuena, que con 2.14’09’’ nadó lejos de su mejor registro, y aún más lejos de lo que de ella se espera.
La tercera alegría de la tarde también llegó del lado de las chicas, en un prueba que prometía mínimas y emoción, y que realmente cumplió, los 200 espalda. La victoria final fue para Melani Costa con 2.10’25’’, acercándose al muro de 2.10’ que caerá previsiblemente este verano. La segunda plaza fue para la local Duane Da Rocha, que tras una preparación una vez más un tanto rocambolesca, nadó casi en el desespero el último largo para remontar hasta 2.11’08’’, entrando por los pelos en territorio mínimas. El tercer pie de nuestra banqueta era África Zamorano, que nadó bien, pero se quedó fuera de Kazan, fuera de la mínima y a medio segundo de su registro personal.
Como no podía ser de otra manera, el póquer de alegrías también llegó con una prueba femenina, los 800 libres. Una carrera escenificada de manera confusa, ya que enseñó a una Mireia Belmonte reservona tras el esfuerzo en la prueba de los 200 mariposa. El ritmo de salida fue marcado por las gallegas María Vilas y Bea Gómez que cruzaron el ecuador de la prueba sobre 4.17’, y la consiguiente obligación de nadar mucho más rápido la segunda parte si la mínima era el objetivo. Así lo comprendió Bea Gómez que aumentó considerablemente el ritmo, y Belmonte que apretó todavía más, para irse ya irremediablemente hasta el 8.28’53’’, que para ella no tiene otro significado que la mínima. La que sufrió, fue Bea que acabó en 8.31’54’’, que aunque en mínima se quedó lejos de las expectativas creadas por su gran temporada hasta el momento. La decepción fue para Vilas que con 8.38’, no solo se queda lejos del tiempo exigido, sino que deja muy en entredicho su futuro registro en la prueba de los 1500.
Dejando atrás las mínimas y los éxitos, llega el momento de hablar de las decepciones de la tarde, y por tanto de Marc Sánchez, que en poco más de un cuarto de hora nos llevó desde la euforia de la expectativa de romper el muro de los 15 minutos, a quedarse fuera de la mínima por tres miserables décimas. Marc marcaba 3.57’09’’ al paso por los 400, habiendo salido al ataque absoluto desde el primer metro. 51 centésimas le dejaban por encima de los 8 minutos al paso por los 800, todo parecía ir sobre carriles y la mínima ya no parecía un problema, pero de pronto Marc bajó debido al agotamiento a los 62 segundos por hectómetro, y la mínima de nuevo volvía a ser un problema, que finalmente se convirtió en un imposible por 29 centésimas, triste e injusto final para un hombre que hoy salió a por todas y se quedó sin casi nada. Destacar también la decepcionante actuación de Antonio Arroyo que con 15.24’98’’ no hizo bueno su registro conseguido hace unas semanas, y se aleja mucho de Kazan al menos en lo que a la piscina se refiere.
La primera gran opción masculina de conseguir una mínima para Kazan venía de la mano del local Carlos Peralta, muy jaleado por sus paisanos. Carlos tras nadar en Record Nacional en el Europeo de Berlín, sabía que tenía ocho meses por delante para volver a repetir esa marca, pero desafortunadamente no ha podido ser. Lo más triste para él es que su aventura en este Open realmente ha finalizado, ya que sus posibilidades de brillar se limitan a esta distancia de los 200 mariposa, dejando ahora su participación en el Mundial en la benevolencia de la Federación. Fuera del malagueño hay que destacar a Pedro Terrés que tras dos años marcados por las lesiones ha vuelto para bajar de los 2 minutos (1.59’53’’), un registro ya conseguido por él cuando se proclamó bronce en el europeo júnior.
La prueba de los 50 libre era esperada más bien para ver la forma de nuestros sprinters. Entre los chicos Markel Alberdi nadaba en su mejor registro personal, 22’42’’ dejando abiertas todas las opciones de conseguir el acceso al Mundial en su prueba de los 100 libres. Por su lado, Miguel Ortiz Cañavate con 22’52’’, quemaba sus mejores opciones de mínima. Entre las chicas la que acaparaba todo el interés era Fátima Gallardo, piedra angular de la velocidad femenina española, y lo cierto es que confirmó en parte que está bien, y en parte que sus problemas de salud han dejado cierta mella en su preparación. Por la tarde nadó en 25’95’’, empeorando centésimas su registro matinal, y algo más de dos décimas su registro del año pasado en esta competición. Entre sus rivales nacionales, la mejor fue Lidón Muñoz, aunque sin bajar de los 26 segundos.
La distancia de los 100 braza masculina entre los chicos dejó la victoria de Melquíades Álvarez que nadó en 1.02’04’’, buen registro para el sevillano que aspiraba a encontrar un buen estado de forma de cara a su ataque a la mínima en la distancia de los 200. Detrás del andaluz sorprendió Albert Puig con 1.02’68’’ dejando a su vez muy buenas sensaciones para otras pruebas y un importante desierto detrás suya en la especialidad.
Los 200 espalda guardaba muchas expectativas, no en cuanto a la consecución de la mínima, sino en ver que ofrecía el quinceañero Hugo González de Oliveira. Se le daban opciones de bajar de los 2 minutos, pero la natación volvió a demostrar que generalmente es más fácil especular que nadar, dejando al nadador del COVIBAR como máximo objetivo alejarse de la polvareda especulativa, si quiere convertirse realmente en una estrella de este deporte, para lo que tiene indudablemente máximas condiciones.
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