Open de Primavera de Natación. Málaga 2015. El libre femenino
El estilo libre en categoría femenina ha sido una de las disciplinas que más gloria ha dado a nuestra natación en los últimos años y, por el momento, nada hace pensar que la situación tenga que cambiar. Comenzando por las pruebas más rápidas, hay que hablar de Fátima Gallardo, pero hay que hablar también de las lesiones de Fátima, que ya le impidieron participar en el Campeonato de España de invierno y que han perjudicado su preparación de cara al Open. Su Récord Nacional conseguido en el Europeo del año pasado se queda a una décima de la marca mínima para la cita rusa, y en condiciones normales la extremeña la podría conseguir sin problemas, pero sus molestias en la espalda sí que podrían convertir la mínima en un problema. En la distancia de los 50 metros las opciones prácticamente no existen.
Aumentando el metraje llegamos a los 200 libres y entramos así en territorio Melani. La balear parece que llega a este Open más entonada que en el ejercicio pasado y la mínima no debería suponer ningún impedimento en su camino al Campeonato del Mundo; la cuestión en este caso es ver cuál es su margen. Desafortunadamente, las ausencias, bien en unos casos del Campeonato (Patricia Castro) o bien en la prueba (Mireia Belmonte), dejan las opciones de mínima en los hombros de Melani Costa.
Si el 200 es claro y palpable territorio Melani, la princesa mallorquina debe compartir trono con la Reina badalonesa en los 400 metros. Hablamos de la vigente Subcampeona Mundial de la distancia y de la medalla de bronce en el último Europeo respectivamente, por lo que para ambas las mínimas no deben ser un problema y, al contrario, ellas sí deben ser un problema para nuevas aspirantes. Su lucha debería dejar buenas marcas en Málaga, teniendo en cuenta la excelencia de forma que siempre consigue Mireia, frente a los esfuerzos medidos que generalmente presenta Melani.
Las circunstancias se complican cuando llegamos a la distancia de los 800 libres, porque en esta distancia el rival ya no es la marca mínima, sino que también lo es el cupo de dos pasaportes. Mireia, que lleva una temporada inusualmente floja de marcas culminada con su enfermedad en Marsella, aspira, salvo gran sorpresa en contra, a pasearse en la distancia. Pero la verdadera lucha llegará por detrás con la pugna de las gallegas llegadas a Madrid, Beatriz Gómez y María Vilas. La primera lleva dos años ganando la partida a sus rivales en su papel de compañera de Mireia, y este año parece más fuerte que nunca tras su venida al grupo de Kizierowski. En Marsella nadó por debajo de la mínima y en Málaga opta a batir a María, bajar su registro personal, y acercarse lo más posible a Mireia. Con estos ingredientes, más una pléyade de grandes nadadoras que las persiguen, el espectáculo está servido.
Por último, la distancia de los 1500 deje probablemente de nuevo a Mireia Belmonte en tiempo de mínima y por debajo de los 16 minutos, y ahora sí, a María Vilas dentro del equipo para Kazan. La gallega parece que, como su paisana, llega en gran forma a Málaga y amenaza con apretar a la catalana al máximo.
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