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Martes, 5 de Diciembre de 2023

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Recuerdos de una medallista olímpica: la historia de Patricia Moreno

Enviado por en 10 febrero, 2015 – 16:47Sin comentarios

El 23 de agosto de 2004 no fue un día más. Al menos, no en la historia del deporte español. Ese día, durante la disputa de los Juegos Olímpicos de Atenas, Carlos Castaño, Asier Maeztu, Carlos Torrent y Sergi Escobar lograron la medalla de bronce en la persecución por equipos del ciclismo en pista.

Además, ese día hizo historia la gimnasia artística española, aunque quizá pocos lo recuerden. Ese día, Gervasio Deferr siguió ampliando la leyenda comenzada cuatro años antes en el potro de Sídney. Fue ese potro, trasladado a la capital helena el que, de nuevo, le encumbró a lo más alto del podio. No obstante, «Gervi» compartió protagonismo con una niña que, con 16 años, 7 meses y 16 días, se convirtió en la quinta española más joven en lograr una medalla olímpica -solo la superan Lorena Guréndez, Nuria Cabanillas, Estíbaliz Martínez y Tania Lamarca, componentes del equipo de las «Niñas de Oro» de la rítmica de Atlanta 1996 – y en la más joven en hacerlo en una competición individual.

Reza en su perfil de Twitter una frase que, seguramente, resuma el sentimiento de muchos deportistas cuando llega el temido momento de la retirada: «Hice historia pero nadie me conoce«. Durante unos días, esa niña de nombre Patricia Moreno ocupó portadas y minutos en los telediarios. Su bronce en el ejercicio de suelo en Atenas 2004 sigue siendo el único metal olímpico de la gimnasia artística femenina española y su nombre sigue siendo el único que brilla, junto al de Deferr, en el palmarés español de esta disciplina en la máxima competición del deporte universal. Sin embargo, unos días después, acabaron los Juegos y se volvió a demostrar por qué muchos deportes, desgraciadamente, reciben en este país el apelativo de minoritarios.

La historia de Patricia Moreno Sánchez es un fiel reflejo de la vida del deportista profesional: años de entrenamiento, convivencia con el éxito y lucha contra las lesiones con un inconveniente añadido, la necesidad de afrontar todas las dificultades que supone la alta competición sin haber alcanzado la mayoría de edad, porque el éxito llegó durante la adolescencia. Ya sabemos que hizo historia. Ahora, conozcámosla.

Una infancia ligada a la gimnasia

El 7 de enero de 1988 nace en Madrid una medallista olímpica. Lógicamente, nadie sabía que, un día, Patricia Moreno tendría enganchado al televisor a todo un país. De hecho, ella tampoco lo sospechaba cuando se inició en la práctica deportiva.

Cuenta Patricia que, de pequeña, era una niña inquieta e hiperactiva. Compartía con su hermana mayor, Ainhoa, la ilusión de practicar un deporte, la gimnasia, aunque eso sí, con una diferencia: su hermana practicaba gimnasia artística mientras ella entrenaba en rítmica. Sin embargo, su carácter intranquilo le hizo pasarse a la modalidad preferida de su hermana. Empezó a entrenar con regularidad en el gimnasio Moscardó con Marta Carballo, utilizando los mismos aparatos con los que entrenaba la selección española. Poco después pasó a entrenar con Eva Rueda y, trabajando, fue viendo que podía hacerse un nombre en ese mundo de la gimnasia.

El nombre empezó a fraguarlo en 2001, cuando inauguraba su paso por las concentraciones de forma permanente con la selección. En 2002 se trasladó a vivir cerca del CAR de Madrid, iniciando así los entrenamientos con Jesús Carballo y siendo convocada por la selección júnior para el Campeonato de Europa de la categoría.

Patricia seguía progresando y quemando etapas en categorías inferiores. En 2003 fue seleccionada para el Mundial de Anaheim (Estados Unidos), en el que finalizó en 22ª posición en concurso completo y 5ª en el concurso por equipos. No logró meterse en ninguna final individual, algo que sí hizo su compañera Elena Gómez. La mallorquina, campeona del mundo el año anterior en la modalidad de suelo, logró un bronce en su aparato preferido y fue 5ª en la barra de equilibrio y en el concurso completo. De esta forma, volvía a demostrar que era la gran baza española de cara a los Juegos Olímpicos de Atenas que se disputarían un año después.

Para estar en el equipo español, todas las gimnastas nacionales tendrían que clasificarse para ese gran objetivo que eran los Juegos. Patricia reconoce que el año 2004 estuvo lleno de una enorme competitividad y rivalidad entre las integrantes del equipo. No todas podrían acudir a la cita griega. «Éramos varias para formar el equipo y la rivalidad ya iba saliendo a la luz. En mi caso, como parecía estar fuera del equipo, dejé de estudiar para centrarme solamente en la gimnasia y, bien, como se vio, por suerte, pude acudir a los Juegos Olímpicos«.

Antes de la cita ateniense tuvo lugar el Campeonato de Europa. En él, la España de Patricia, Elena Gómez, Sara Moro, Tania Gener y Mónica Mesalles fue 4ª por equipos aunque Patricia no logró clasificarse para ninguna final individual. La plata de Elena Gómez en suelo volvía a demostrar que era la líder del equipo español de cara a los Juegos, Juegos para los que Patricia había logrado una plaza.

El sueño se hizo realidad

Solo el hecho de estar ya era un éxito. De todas formas, una vez allí había que darlo todo y un poco más para alcanzar lo máximo y, lo cierto, es que Patricia Moreno todavía no había descubierto sus límites.

Los Juegos Olímpicos provocan que los medios de comunicación presten más atención a otros deportes pero, para Patricia, esa situación no supuso una presión añadida,  «no sentí más presión, la verdad; incluso sentí menos. Ya había pasado por el Campeonato del Mundo clasificatorio y los Juegos, comparados con eso, no eran nada. La presión venía más desde los entrenadores y la gente de la Federación«.

«¡Muy bien! … ¡Ahí está: la cuádruple pirueta con un par de pasos para frenar! … La tercera diagonal… Doble pirueta mortal en plancha adelante… Elementos de enlace… Triple giro… Ahora sí. ¡Muy bien!» Así narraba Paloma del Río por Teledeporte y para todo el país la primera medalla olímpica de la historia para la gimnasia artística femenina española. Patricia se colgaba el bronce en su primera participación en unos Juegos Olímpicos.

El ejercicio de suelo exhibido en Atenas aquel mágico 23 de agosto de 2004, minutos después de que Gervasio Deferr lograra su segundo oro olímpico, convirtió a Patricia Moreno en la española más joven de la historia en obtener una medalla olímpica individual, honor que todavía conserva. [VIDEO]

En una competición en la que llegaba tapada por la gran favorita española a obtener medalla, la manacorí Elena Gómez, Patricia lograba meterse en la final de suelo con la quinta mejor nota merced a sus 9.587 puntos. Así y mientras Elena conseguía ser octava en la final del Concurso Completo, Patricia – 37ª en el AA con una puntuación de 35.974- lograba el bronce en la final con una puntuación de 9.487.

La prensa, antes de los Juegos, veía en la mallorquina a la candidata española para luchar por el podio. Sin embargo, en la competición quedó patente la igualdad entre las componentes del equipo español. «No creo que me beneficiara el hecho de que la prensa tuviera más en cuenta a Elena Gómez. Ambas teníamos buenos ejercicios y, en unos Juegos, cualquier fallito puede hacer que estés en la élite o fuera de ella. Además, en la gimnasia, el nombre puntúa mucho y yo no lo tenía. Tampoco creo que eso me ayudara». Lo cierto es que Patricia fue tercera. Solo pudieron vencerle las rumanas Catalina Ponor, oro con 9.750, y Nicoleta Daniela Sofronie, plata con 9.562.

Para la historia de nuestro deporte queda la imagen de una joven Patricia Moreno en el podio con un bronce colgado al cuello, siendo la única mujer española que puede describir lo que se siente en un podio olímpico de gimnasia artística. «Es muy difícil describir lo que se siente y yo apenas lo recuerdo. Fue algo raro, ya que estaba muy nerviosa. Lo mejor fue ver subir la bandera, un momento único, y ver a la gente animar y apoyar… fue increíble».

El impacto mediático de Patricia fue enorme durante las horas y los días posteriores a la final. Todo el mundo quiere entrevistarla. Patricia es protagonista en telediarios y periódicos. La gimnasia se conconvierte, por unos días, en uno de los deportes más seguidos por los españoles, lo que supone una mayor presión para los gimnastas. Al menos, así lo reflejaba la prensa y así lo sentía Patricia.

«Después de los Juegos, la verdad, es que me agobié mucho. Fue todo bastante radical, algo a lo que no estaba acostumbrada, y encima con mucha presión. Empezaban a tenerme en cuenta en las competiciones, empezaba a ser de las favoritas«. Desde luego, la Patricia Moreno que había llegado a Atenas no era la misma que se despedía de la ciudad tras el final de los Juegos. Esa Patricia que decía adiós, lo hacía con una medalla de bronce colgada del cuello.

La cara más dura del deporte

Patricia siguió compitiendo con el objetivo de mejorar su tercera plaza cuatro años después, en Pekín 2008. Sin embargo, pasó por un calvario de lesiones durante el ciclo olímpico que unía Grecia y China. En 2005, una lesión durante el Campeonato de Europa disputado en Hungría puso fin antes de tiempo a su temporada. Patricia se rompió el ligamento posterior de la rodilla izquierda, lo que la dejó sin opciones de participar en los Juegos Mediterráneos de Almería.

«Me lesioné siendo de las favoritas a nivel individual y en suelo. Para mí fue un chasco enorme. Pasé de estar en los medios a volver a ser desconocida. Desaparecieron todos los apoyos, muchos amigos y amigas desaparecieron… Tuve que estar un año parada y afrontar la recuperación más dura de mi vida, con el cambio en mi cuerpo. Hubieron mil cosas que fueron duras«.

Patricia trabajó de forma muy intensa para volver a la competición en el año 2006. Se recuperó de los problemas físicos y se proclamó por primera vez en su carrera campeona de España en suelo y subcampeona en concurso general. Además, rozó con España la medalla de bronce por equipos en el Campeonato de Europa.

Los buenos resultados siguieron con la victoria de España frente a Rumanía en un encuentro previo al Mundial, máxima cita continental en la que España fue octava. No obstante, las sensaciones de Patricia durante ese año no fueron las mismas que había vivido en temporadas anteriores.

«En 2006 volví a la competición, pero ya no estaba entre las favoritas. Otra vez tenía que hacerme un nombre en el mundo de la gimnasia internacional y un hueco en el de la gimnasia española. Trabajé duro, incluso me quedé sin vacaciones para, en 2007, volver a estar entre las mejores, volver a meterme en finales, a conseguir medallas…«

Parecía, viendo su inicio de temporada, que ese objetivo era factible. Durante el Campeonato de Europa de ese año, Patricia fue 14ª en el concurso general y 7ª en suelo. Refrendó su gran momento de forma en el Campeonato de España, en el que conquistó los títulos nacionales de suelo, barra, asimétricas y, por fin, del concurso general.

Patricia llegaba al Mundial de Stuttgart de ese mismo año en uno de los mejores momentos de su carrera. No obstante, durante este campeonato llegó el golpe definitivo. En la salida del aparato de barra Patricia cayó y sufrió un esguince en un pie y una fisura del segundo metatarsiano en el otro pie. Sin ella, el equipo español solo pudo ser 15º. «En el 2007, en un gran momento, vuelvo a romperme. Esta vez fue peor. Era el Mundial clasificatorio para los Juegos Olímpicos y encima yo era la que más nombre tenía«.

Patricia siguió adelante, tratando de recuperarse de sus lesiones para luchar a contrarreloj por una plaza para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, aunque sin éxito. «La prensa, al no clasificar, insinuó que había sido por culpa de mi lesión. Esa situación me afectó bastante. Lo recuerdo como algo muy triste». «Tras intentar volver a competir acelerando mi rehabilitación, veo que no puedo llegar en buenas condiciones porque apenas podía entrenar«.

Patricia sufrió nuevas recaídas y, sin opciones de estar en la capital china, el 25 de julio de 2008 anuncia su retirada de la competición con apenas veinte años. «Decido retirarme, con miedo a lo que me iba a encontrar fuera. Estar dentro de este mundo es estar en una burbuja«. Recibió entonces el homenaje de la selección nacional que estaría presente en los Juegos Olímpicos, encabezada por Gervasio Deferr.

Patricia fue galardonada con la Medalla de Plata al Mérito Deportivo del Consejo Superior de Deportes y continuó su trayectoria colaborando en el CAR de Madrid y como entrenadora del Club de Gimnasia Majadahonda. Además, inició sus estudios de INEF, los cuales está concluyendo en la actualidad.

«En los años siguientes tuve que empezar una nueva etapa e intentar salir adelante, fuera de la gimnasia. Estudié dos años de la TAFAD (Técnico Superior en Animación y Actividades Físicas y Deportivas), en la que empecé a vivir fuera de ese ambiente, a trabajar en gimnasios..

Patricia cambió de vida. Salió adelante, viviendo el presente, valorando el pasado y soñando con el futuro. Pasó de vivir momentos de gloria en los medios de comunicación a ser una más en la vida diaria, totalmente desconocida para la gente. «La gimnasia no compensa todo el esfuerzo realizado. Si volviera a nacer, la practicaría de nuevo y, seguramente, trataría de llegar a la élite como ya hice, pero después, no compensa el sacrificio. Aquello a lo que renuncias por practicarla se vuelve en tu contra. Cuesta muchísimo volver a rehacer tu vida, volver a superar otros obstáculos que deberías haber pasado años atrás; y encima nadie reconoce tu trabajo«.

Ahora, años después de dejar la práctica del deporte profesional, Patricia puede reflexionar sobre los cambios que supone la retirada y, especialmente, la retirada de un deporte como la gimnasia. «Me doy cuenta de que la gimnasia es muy desagradecida. Es muy duro estar muchos años dedicándote a este maravilloso deporte y que después no tengas nada. Solo recuerdos.» Recuerdos que forman parte de la historia de nuestro deporte.

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