Una ajustada derrota contra Hungría condena al equipo de espada a la 15ª plaza
- Los españoles cedieron por 45-42 ante la potente selección húngara, aunque tuvieron opciones de ganar el combate en el último asalto
- Dos derrotas ante Polonia y Kirguistán obligaban al cuarteto español a pelear por la 15ª posición contra Venezuela, a la que ganaron por 45-35
- El mundial pone el punto y final a una temporada que ha dejado buenas sensaciones para los tiradores españoles antes de comenzar la clasificación a los Juegos de Río
Javier Vila, @JJOO_Rio_2016
La temporada de la esgrima y el campeonato del mundo marcan el final de una temporada que comenzó en el noviembre del pasado año, y en la que los tiradores españoles han dado un nuevo salto de calidad antes de afrontar la clasificación para Río 2016. El encargado de bajar el telón era el equipo de espada masculina, que tras su reciente plata europea se esperaba que pudiera dar la sorpresa en el Mundial.
Sin embargo, los húngaros acabaron con el sueño español en el primer combate de la jornada, que comenzaba poco antes de las 8 de la mañana en España. La selección número 2 del mundo protagonizó un duelo muy igualado contra los españoles, e hizo que los aficionados que madrugaran pudieran disfrutar de un gran combate de esgrima desde el primer hasta el último asalto. Los primeros 6 asaltos estuvieron marcados por la gran igualdad que hubo, y la primera renta considerable no se dio hasta el séptimo, cuando los magiares de la mano de Geza Imre se adelantaron por 4, 32-28. En el octavo asalto Yulen Pereira conseguía limar la diferencia hasta los 2 tocados en una demostración de paciencia y talento, 33-31 y turno para José Luís Abajo por parte española y de Peter Somfai por parte húngara. Al poco de comenzar el asalto, Pirri llega a igualar la contienda a 34, pero una reacción del húngaro hace subir la renta de nuevo hasta 4 (39-35). En un momento en que el combate parecía perdido, el bronce olímpico en Pekín se puso a uno (39-40), en una diferencia que se mantuvo hasta el 43-42 a falta de tan solo 6 segundos. Era el momento de arriesgar, del todo o nada, pero si ayer salía cara hoy nos tocó la cruz, y Somfai se puso 44-42 para finalizar el combate con un 45-42, poco premio para un equipo que había demostrado que podía luchar con los mejores y que se veía abocado a luchar por las plazas de la 9 a la 16.
Hundidos anímicamente por la derrota llegaba el momento de enfrentarse a otra gran selección, Polonia, que había caído de forma sorprendente ante los anfitriones. España sirvió para pagar los platos rotos por los rusos, y los polacos nos endosaron un 45-23 que no demuestra la diferencia de nivel entre ambos (que aunque la hay no es tanta). Los nuestros solo pudieron aguantar el envite durante el primer asalto (4-5), aunque en ningún momento estuvimos por delante. El siguiente rival era la selección de Kirguistán, un país al que deberíamos haber ganado en condiciones normales, aunque las 2 derrotas anteriores nos mermaron psicológicamente e hicieron que los asiáticos nos ganaran por 45-39, aunque dispusimos de opciones en el último asalto al que llegábamos por detrás en el marcador, 37-34, una diferencia que podría haber remontado Pirri, pero que finalmente no pudo.
El último encuentro era contra Venezuela y nos jugábamos el honor de poder ganar algún combate en el día de hoy, y al fin se consiguió. El refrán dice que «a la tercera va la vencida», aunque en nuestro caso fue en la cuarta y dominando el combate con mano de hierro de principio a fin, teniendo algunos altibajos en el séptimo asalto pero que solventó de forma excelente Yulen Pereira en el octavo y que fue el gran artífice de nuestra victoria por 45-35. Los españoles disfrutaron durante casi todo el combate de una renta superior a los 6 puntos y que llegó a alcanzar los 10, a excepción del asalto comentado anteriormente en la que Venezuela se acercó a 4, 33-29. Después los 2 mejores tiradores españoles de la actualidad pusieron las cosas en su sitio y certificaron la 15ª posición de España, mejorando lo conseguido el pasado año en Budapest.
Fin de una temporada en la que los jóvenes tiradores siguen subiendo escalones
Un balance breve de esta temporada de esgrima es que los jóvenes siguen en su progresión, y cada vez consiguen mejores resultados a nivel internacional. El florete masculino con Guillermo Delbergue y sobre todo Carlos Llavador está cada vez en mejor forma y capaz de alcanzar los tablones de 64 en las grandes competiciones. En la espada masculina hemos visto como Yulen Pereira y el equipo de espada junior se ha colmado de éxitos en categoría junior, mientras que empiezan a salir a competiciones a nivel senior obteniendo resultados más que aceptables, aunque su próxima temporada debe de ser la confirmación entre los 32 mejores del mundo. Y el arma que mejor salud goza es el sable. En categoría masculina tenemos a un Fernando Casares que está manteniendo el nivel de temporadas anteriores con la regularidad que le caracteriza, mientras que por detrás se está formando un equipo con jóvenes que puede darnos muchas alegrías de aquí a 4 años encabezados por Pablo Moreno y Sergio Escudero, además de Marco García y Diego de la Fuente. En categoría femenina nuestro equipo se ha quedado un poco estancado respecto a la temporada anterior. Se esperaba que poco a poco fueran asiduas en los T32 de grandes competiciones, pero ninguna lo ha logrado aún, mientras que por equipos siguen con la regularidad de la 9ª/10ª plaza en la mayoría de competiciones, pero necesitan entrar en más top8 si quieren tener alguna opción de estar en Río.
Dicho esto solo queda desear a nuestros tiradores que disfruten de sus vacaciones y que vuelvan con fuerzas renovadas para una temporada que esperamos siga trayendo buenas noticias para nuestros intereses y en la que podamos posicionarnos bien para luchar por las plazas olímpicas, cuya clasificación empezará en abril del año próximo.
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