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·Un parcial de 0-3 en el tercer cuarto, decisivo para el desenlace final de un agónico partido

·El equipo de Miki Oca controla perfectamente un último cuarto que acaba por desesperar a las magiares

·Países Bajos será la rival de las españolas al vencer en la tanda de penaltis al equipo italiano

Ángel Vázquez, @PasaporteJJOO

El Waterpolo femenino español ha vuelto demostrar que sigue siendo, a día de hoy y desde hace ya cerca de dos años, el mejor muestrario posible de lo que es la verdadera marca España del deporte nacional. Jóvenes y luchadoras, una gran familia de chicas capitaneadas por el gran Miki Oca ha conseguido, nuevamente, situarse en una final de élite, la que corresponde a la del Europeo que se está disputando desde la semana pasada en Budapest, capital magiar.

El partido no se presentaba fácil, y el desarrollo del mismo firmaba una afirmación que, lejos de quedarse simplemente en eso, se materializaba tras la imagen de una selección, la húngara, que a pesar de ir siempre a remolque en el marcador nunca dio el partido por perdido.

Empezaron fuertes las españolas, pero el inicial 0-2 de las de Oca se contrarrestaba antes de llegar a la fin de los primeros ocho minutos con dos goles del equipo húngaro. La igualdad se mantendría también en el segundo cuarto, periodo donde un parcial de 3-3 daba paso a un 5-5 que marcaba la línea del ecuador del duelo.

Entonces, España dictó sentencia, y un parcial de 0-3, desesperante para el cuadro local, daba alas a un equipo que, a pesar de ello, veía como Hungría lograba no perder la cara al partido, llegando a un 7-8 al final del penúltimo cuarto tras un último parcial de 2-0.

Faltaban ocho minutos, un mundo, pero las nuestras estaban centradas y algo más que concentradas.  Las de Oca supieron dar al partido el tempo apropiado y , regulando el juego a su antojo, volvieron a tomar una diferencia de dos goles (7-9) que no fue minimizada por las locales hasta que, a menos de medio minuto, sumaban el octavo gol a su casillero particular. No había tiempo para más.  España se metía, por tercera vez consecutiva, en la tercera final de Gran Torneo consecutivo, tras los JJOO de Londres y el Mundial de Barcelona.

¿La rival? Será Países Bajos, vencedora del segundo duelo de semifinales al vencer en los penaltis a la selección de Italia.