España e Italia en la presentación del duelo por el quinto puesto. ©RFEN

·Las victorias ante Australia en los penaltis y ante Italia (10-8) dejan a España en quinto lugar

·La Superfinal acaba con el lunar de los cuartos de final pero con cinco victorias en seis partidos jugados

Rafa Cano Seguir a @_RafaCano

Con victoria ante Italia por 10-8 finalizó hoy la participación de la selección española de waterpolo femenino en la Superfinal de la Liga Mundial, que se ha celebrado durante esta semana en Pekín. España consiguió acabar con buen sabor de boca el torneo, tras caer en cuartos de final y alejarse de la lucha por las medallas.

Las dos victorias finales, ante Australia en penaltis y ante Italia, otorgan a las chicas de Miki Oca un buen balance de cinco victorias en seis partidos disputados. La semana por lo tanto es positiva, sobre todo pensando en que este torneo se presentaba como una buena oportunidad de preparar el mundial de Barcelona.

Pero España debe sacar una lección de lo sucedido en la capital china. Y es que tras una primera fase impoluta, el cruce de cuartos de final, el que de verdad define por qué luchará un equipo en un gran torneo internacional, mandó a las nuestras a la lucha por la quinta plaza. El duelo ante Rusia pudo ser un mal día, fruto también de estar compitiendo con los mejores combinados del mundo, pero debe servir de aviso para la cita de Barcelona. Sin ir más lejos, Rusia firmó una horrible primera fase y ha terminado conquistando la plata en Pekín. Tensión competitiva en el momento oportuno para sellar el éxito, una de las claves del igualado torneo femenino que se espera en Barcelona.

De Pekín, España sale también con un refuerzo importante en el plano moral. Ha vuelto a competir con las mejores y a dar la talla. Tanto que ninguna selección puede hoy día mirar por encima del hombro a las nuestras. El hecho de estar con las mejores unido al factor cancha del que disfrutarán las nuestras en Barcelona invitan al optimismo, siempre siendo conscientes de que una medalla mundial -sin que necesariamente deba ser de oro- ya sería un éxito.