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Brillantes, sin más. Fotografía RFEBM |
(Ángel E. Martínez, @anesmartuits)
Este equipo ya no nos sorprende, es capaz de ganar a la imbatible Francia, dominadora del balonmano de los inicios del siglo XXI, y parecer una victoria de lo más normal. Si no es por las dudillas en momentos puntuales de la segunda parte, cuando ya nos íbamos en el marcador, y por las lógicas acometidas de un equipo ganador como es el francés, este partido hubiese estado sentenciado mucho antes del final.
De salida, Valero Rivera puso en pista a JJ Hombrados en la portería, García Parrondo y Ugalde en los extremos, Eduardo Gurbindo y Alberto Entrerríos en los laterales con Viran Morros y Gedeón Guardiola en el centro de la zaga. Rotando por estos dos últimos, Joan Cañellas en el central y Julen Aguinagalde en el pivote.
El inicio de partido es fulgurante con goles rápidos por ambas partes, predominando el ataque sobre las defensas. Así, Cañellas pone el 4:3 en el marcador, siete goles en cinco minutos. Es España la que primero consigue ajustar la defensa 6:0, trabajando muy bien en las ayudas y provocando las pérdidas de balón de los franceses. Tras un rápido contraataque, Viran Morros consigue el 6:3.
La ventaja se mantiene hasta mediada la primera parte. Es el momento del relevo y entran en juego Maqueda, Raul Entrerríos, Sarmiento, Juanín y Víctor Tomás. La sensación que ya transmite España en estos momentos es la de un equipo sólido y seguro de sus posibilidades. Los franceses se mantienen en el marcador gracias a Jérome Fernández.
Al final de la primera parte se llega con un resultado de 15:13 para España. Tras el descanso y con el equipo titular en cancha, España juega sus mejores minutos. Con trabajo, rigor defensivo y la aportación de JJ Hombrados en la portería llegamos a la máxima diferencia en el marcador tras un lanzamiento de Iker Romero desde los 7 metros: 22-17.
La precipitación en jugadas puntuales de los españoles, junto al buen hacer de las estrellas francesas Luc Abalo y J. Fernández, desembocan en un último minuto emocionante con el equipo español uno arriba en el electrónico. España no titubea y con una jugada de picardía, Cristian Ugalde sentencia el partido; un gol posterior, justo antes de la bocina de Roberto García en contraataque, sitúa el marcador final en 29:26. Justa victoria y justo marcador para los méritos de ambos equipos.
Destacar por los franceses las individualides: Abalo, Fernandez, Karabatic,… son jugadores extraordinarios, sólo batibles cuando una selección con el espíritu de equipo como el que hoy ha presentado el conjunto español se les pone delante. De España hay que destacar precisamente al grupo, “todos para uno y uno para todos”, sin dudas, con la seguridad que dan las ideas claras de su seleccionador, Valero Rivera, y con el rol definido de cada uno de sus jugadores.
FRANCIA (26): Karaboue y Omeyer; Abaló (6), Accambray, Barachet (1), Bingo, Detrez, Dinart, Fernández (7), Guigou (3), B. Guille (3), G. Guille, Joli, Karabatic (3) y Narcisse (3).
ESPAÑA (29): José J. Hombrados y José M. Sierra; Daniel Sarmiento, Joan Cañellas (4), Raúl Entrerríos (1), Eduardo Gurbindo (1), Jorge Maqueda (3), Alberto Entrerríos (4), Iker Romero (2), Viran Morros (1), Roberto G. Parrondo (1), Víctor Tomás (2), Cristian Ugalde (4), Juan Antonio García Lorenzana (2), Gedeón Guardiola (3) y Julen Aguinagalde (1).
PARCIALES: 3:3, 5:6, 7:9, 8:11, 10:13 y 13:15; 15:18, 17:21, 20:22, 21:25, 25:27 y 26:29.
ARBITROS: C. Din y S. Dinu, de Rumania. Excluyeron a Barachet y Bingo, por parte de Francia; a Roberto G. Parrondo y Cristian Ugalde, por parte de España.
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