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FEB |
(Rafael Gandía, @grangandhi)
El 2.011 da sus últimos coletazos y es el momento de la reflexión. 365 días de emociones y espectáculo que llegan a su fin donde España, por medio de la actuación de sus diferentes selecciones, ha corroborado su privilegiada posición entre la élite del baloncesto mundial.
Si a estas extraordinarias actuaciones hay que ponerles un pero, éste sería a las chicas de la selección senior. Inesperadamente, después de toda una década subiendo al cajón a nivel continental, el combinado español quedaba apeado a las primeras de cambio del Campeonato de Europa y, lo que es peor, fuera de toda opción a disputar los próximos Juegos Olímpicos de Londres. Únicamente una wild card (invitación) que otorgaría la FIBA a las nuestras, según dejó entrever José Luis Sáez, presidente de la Federación Española, podría hacer que las Valdemoro, Montañana, Palau o Aguilar tuvieran su última oportunidad de hacer real sus sueño olímpico.
Esta enorme decepción fomentó el fin de ciclo, abriendo el debate sobre el relevo generacional de un grupo tan exitoso y dejando en el aire la duda de si los logros conseguidos hasta el momento podrán repetirse. Así, unos días después, la ciudad serbia de Novi Sad, dejaba muestra de que podemos estar muy tranquilos, tapando bocas rápidamente a los agoreros.Tras una brillante competición, las chicas de la Sub-20 alcanzaban el escalón más alto en el torneo europeo de su categoría. De la mano de Queralt Casas (declarada como la mejor jugadora de la competición), Laura Gil o Amaya Gastaminza, derrotaban con cierta comodidad a Rusia, nuestro verdugo en la final de la edición anterior.
Sin tiempo para el descanso, la base catalana del Mann Filter de Zaragoza y la pivot del Perfumerías Avenida de Salamanca, cogían un avión hacia tierras chilenas para la disputa del Campeonato del Mundo Sub-19. Allí, pese a una trayectoria irregular, repetiamos el subcampeonato logrado dos años atrás en Thailandia. La gran actuación de la mejor pivot del evento, Astoud N’dour, no fue suficiente para doblegar en el encuentro definitivo a un superior equipo norteamericano.
La próxima parada era el Campeonato de Europa Sub-18 en Rumanía. Solo un partido de semifinales donde España se atascó en ataque, impidió que la medalla de bronce final no tuviera un color claramente dorado. Quizás lo más destacado fuera la irrupción de una futura estrella del deporte de la canasta, Andrea Vilaró.
Para el final un broche de oro y nunca mejor dicho. Las Sub-16, bajo la batuta de Evaristo Pérez y ganando todos los partidos con una insultante superioridad, se alzaban con el título europeo en la localidad italiana de Cagliari. Belén Arroyo y Leticia Romero formaron parte del quinteto ideal, aunque no debieron ser las únicas.
En cuanto a la liga nacional, la temporada pasada supuso un cambio de supremacía, pasando del Ros Casares Valencia al Perfumerías Avenida. La plantilla excelentemente dirigida por Lucas Mondelo, con las Silvia Domínguez, Marta Xargay, Erika De Souza, Sancho Lyttle, Anna Montañana o Alba Torrens, se proclamaron campeonas de la Euroliga y del torneo patrio. Solo en la Copa de la Reina disputada en la capital del Turia cayeron derrotadas en el partido de semifinales ante el a la postre campeón, el Rivas Ecópolis de las Amaya Valdemoro, Elisa Aguilar o Laura Nicholls.
La nueva temporada y debido en parte a la salida de las grandes figuras del conjunto charro, ha llevado a retomar a las chicas de acero, en cierto modo, el mando del baloncesto nacional. De todas formas, la igualdad parece más presente que nunca, signo siempre de que viviremos grandes espectáculos.
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El Gran Capitán (FEB) |
En cuanto a los chicos solo podemos decir que nuestras selecciones han rozado la matrícula de honor. El colofón al brilante año baloncestístico los pusieron los hombres de la senior. Tras un decepcionante Mundial de Turquía en 2.010, España revalidaba el título continental obtenido dos años antes en Polonia. Con una invicta trayectoria en tierras lituanas se lograba, además, la clasificación para los próximos Juegos Olímpicos. Así, en territorio báltico, el firmamento del deporte de la canasta coronaba como mejor jugador del campeonato al grandísimo Juan Carlos Navarro.
Un escalón por debajo, el equipo Sub-20 fue un calco a sus mayores. En un torneo desarrollado en Bilbao, los chicos dirigidos por José Antonio Orenga lograban la medalla de oro sin perder un solo encuentro. El pabellón de Miribilla vió la confirmación de Nikola Mirotic como una nueva estrella del basket patrio. Los Pozas, Simeón, Sastre o Franch fueron un complemento perfecto para una plantilla que ilusiona enormemente.
Por si no tuviéramos bastante, descendiendo un peldaño en cuanto a la edad, mismo resultado. En la ciudad polaca de Wroclaw, el equipo Sub-18 lograba alzarse con la medalla de oro en el Campeonato de Europa. Un grupo de talentosos imberbes excelentemente dirigidos por Luis Guil, con los Jaime Fernández y la grata aparición de un Álex Abrines que, sin duda, apunta muy alto.
El último éxito de nuestras selecciones durante el pasado verano vino dela mano de los Sub-16. El trofeo continental disputado en la República Checa nos daba la obtención de una importante presea de bronce, culminando, así, un gran período estival.
En cuanto al territorio nacional, el FC Barcelona fue el claro dominador. En la liga ACB venciendo en la final a un sorprendente Bizkaia Bilbao Basket. En la Copa del Rey, celebrada en la capital del Estado, logrando el triunfo en el partido decisivo frente al anfitrión, el Real Madrid.
En la Euroliga, el conjunto del Paseo de la Castellana llegó a la Final Four de Barcelona cayendo en semifinales mientras el Cajasol de Sevilla llegó al encuentro definitivo por la conquista de la Eurocup, rozando un hito histórico para el cuadro hispalense.
En mi nombre y en el de Pasaporte a Londres 2.012, desear un nuevo año al baloncesto español que nos traiga, por lo menos, los mismos éxitos.
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