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Rafa en foto de la web del torneo |
(Miguel Ángel Caldera)
Sencillamente inigualable. Rafael Nadal ha logrado conquistar su sexto título en Roland Garros al derrotar en la final al número 3 del mundo, Roger Federer, por 7-5, 7-6, 5-7, 6-1, en otro duelo que entra por la puerta grande en la historia del tenis. Con esta victoria Rafa gana su décimo título de Grand Slam (que no lograron leyendas como McEnroe, Connors, Lendl, Wilander, Agassi…), su título número 46, mantiene el número uno del mundo e iguala el récord de mayor número de títulos en París del sueco Bjorn Borg. Una vez más, queda claro que la única barrera de Nadal es precisamente Nadal.
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Foto web del torneo |
Hoy derrotó a Federer a partir de esa mentalidad de hierro en la que una y otra vez se estrella el genial suizo. Y eso que Roger logró aprovechar la inercia de su espectacular victoria en semifinales ante Djokovic para dominar al manacorí en los primeros juegos de la final. Beneficiado por los nervios del español, que le impedían moverse con su habitual solvencia, Roger se colocó 5-2 a su favor en la primera manga, disfrutando en el octavo juego de una pelota de set a su favor. Cuando parecía que Federer cerraría el set sin apenas oposición, aparecieron los fantasmas por la cabeza del suizo, que a buen seguro recordó todas las finales perdidas con el español. Y Nadal, como era de esperar, se lo hizo pagar muy caro. Afinando los passings y logrando una mayor profundidad en sus golpes consiguió remontar un primer set que marcó el resto de la final. La cara de Federer era un poema cuando se sentó en la silla tras perder el primer parcial por 7-5, un set que él sabía que tenía que haber ganado.
El segundo set comenzó con un Nadal más suelto, sabedor de que ese primer parcial ganado le daba una importante ventaja. Rompió el español de inicio, pero Federer logró devolverle el break. El partido ya no tenía dominador claro, y con 5-4 y servicio a favor de Nadal, Federer logró salvar una pelota de set, cuando entonces la lluvia, que no quería perderse este histórico momento, hizo acto de presencia, suspendiendo el partido durante algunos minutos. Esta interrupción perjudicó a Nadal, ya que en la reanudación volvió a ceder su saque, deciéndose el set finalmente en un tie-break. Y, casi como si fuera una mera repetición de lo acontencido en la primera manga, Federer no soportó la presión, cometiendo errores claros con sus golpes de fondo. Nadal se llevaba el tie-break, adquiriendo una ventaja de dos sets a cero que se antojaba decisiva.
Todo iba demasiado bien, cuando en el tercer set llegó la temida reacción de Federer. Dominaba el número uno del mundo por 4-2, colocándose a tan solo dos juegos del título. Y Roger, con el agua al cuello, se soltó. Fueron los momentos más brillantes de Federer en la final, que desplegó su inagotable talento en forma de dejadas, derechas perfectas y subidas a la red definitivas. Nadal poco pudo hacer ante el vendaval que se le vino encima, asistiendo a la venganza parcial de Federer, que se llevó el set por 7-5.
Ya en el primer juego del cuarto set Federer siguió bordando el tenis, colocándose con un peligroso 0-40. Seguro que no imaginaba que en ese juego, se acabaría la final para él. A base de coraje, dosis de buen juego y mucha, mucha cabeza, Nadal logró salvar las tres oportunidades de break. Esta recuperación le dió al manacorí la confianza necesaria para jugar su mejor set de todo el torneo. Con drives durísimos y moviendo mucho más al suizo, Nadal castigó a Federer con un inapelable 6-1. Y terminaba así una de las mayores hazañas realizadas en la historia del tenis: igualar los 6 títulos en Roland Garros de Bjorn Borg.
A pesar de ser habituales estas noticias, no tenemos que restarle mérito a los logros de este jugador que ya es leyenda viva. Probablemente pasarán muchos, muchos años para que España vuelva a tener a un jugador de su talla. A pesar de no desplegar su mejor tenis, volvió a recordar al mundo que ni el mejor tenista de la historia puede con él en condiciones normales sobre tierra batida. Larga vida al Rey Nadal.
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Foto web del torneo |
Y para finalizar, tras rendirnos ante el presente y seguro futuro del tenis español, queremos felicitar a los que esperemos también sean futuro del tenis de nuestro país, Roberto Carballés y Andrés Artuñedo, que en una final de infarto se proclamaron campeones del torneo junior de dobles masculinos al derrotar a los estadounidenses Krueger y Vinsant por 5-7, 7-6, 10-5. Ojalá en unos años les tengamos emulando los éxitos de los nuestros a nivel senior. Mucha suerte.
Que grande Nadal! Igualar a un mito como Borg es algo que se valorará muchísimo cuando se retire. Impresionante